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viernes, 14 de junio de 2013

De esas dudas existenciales... y muy dolorosas también...

Quizás te ha pasado, quizás no...
Llevas tu vida realizada de acuerdo a un plan pre establecido hace tiempo y claro con sus obstáculos de diferentes dimensiones, los cuales con mayor o menor grado de esfuerzo los has superado, sin embargo llega o pasa algo en tu vida que detiene abruptamente tu plan, y es tanto el desconcierto que no alcanzas a analizar lo suficiente o con precisión que no se trata de un obstáculo cualquiera, en ese momento lo ves como obstáculo y tienes la confianza como otras ocasiones que lo superarás, pero pasa el tiempo y aunque aminoraste el impacto del obstáculo este se mantiene ahí, tu simplemente sobrevives pero no vives...
Desgraciadamente pasa mucho tiempo y se va minando tu energía y otros recursos tanto materiales como no materiales. Tus relaciones de todo tipo se ven también afectadas, algunas personas te lo hacen ver y tu ignoras esas señales a la par de otras más. Por alguna razón parece que perdiste la noción del auto análisis y la ecuanimidad, tú "sientes que puedes estar mal" sin embargo te empecinas en no actuar con mayor fuerza contra esta debacle a todas luces anunciada. 
Y sigue el tiempo su infatigable camino y tu deteriorandote más y más y aunque de pronto pareces darte cuenta y haces algo para contrarrestar el efecto no es suficiente, sigues en picada... solo reaccionas...
¿qué pasó exactamente que te hizo cambiar abruptamente el rumbo de tu embarcación?
¿por qué no alcanzas a deshacerte de esta situación embarazosa a pesar que tienes la conciencia suficiente para iniciar un proceso de reingeniería personal?
¿qué te está haciendo mantenerte estancado?
¿dónde quedo tu plan inicial que tan bien iba?
¿dónde quedo tu fina sensibilidad que te hacía antes corregir el rumbo cuando se requería y con éxito?
Antes, te era más sencillo encontrar los recursos internos necesarios para solventar las dificultades que iban surgiendo, ahora ya no... ¿qué diantres pasó?
Re lees aquellos libros y manuales de cursos que previamente te habían dado luz y aunque reconoces posibles causas y llegas a intentar algunas soluciones estas no son del todo suficientes, ¿por qué?
Consultas con tus allegados de confianza y profesionales en caso dado para orientarte y encontrar la solución precisa a tu problemática o al menos hallar alternativas para intentar algo diferente y poderoso pero resulta infructuoso...
Y ni hablar de blasfemias que has proferido también...
Y que de repente se complica más porque tu cuerpo explota de una u otra manera con manifestaciones de estrés y otros malestares de diversa índole...
Sumale problemas familiares, laborales, en fin...
¿qué diantres esta pasando?


¿Cómo resuelves esto?
¿te suena parecido a una experiencia propia o de alguien conocido?

Verdaderamente difícil salir de este tipo de situaciones, ¿no es así?
Definitivamente no hay fórmula mágica para resolver casos así.
Cada caso es distinto y requiere atención personalizada.
Alternativas hay varias y no todas son definitivas como solución para todo tipo de persona, cada quien deberá probar lo que mejor le acomode y para ello si sugiero un apoyo profesional integral.

Atiendete lo más pronto posible y al primer asomo de alertas despierta y apóyate en profesionales especializados. Evita que se extienda demasiado el daño, actúa lo más pronto posible.

Saludos cordiales,
ManuelGBerumen
Coach Ejecutivo y Personal





martes, 30 de abril de 2013

Día del Niño en México que no sea un solo día.

Hoy 30 de abril se celebra como cada año a las niñas y niños en México, obvio que no es suficiente celebrar  solo un día al mal llamado "futuro de México" y es que esa celebración debiera ser diariamente en los actos cotidianos de cada uno de los habitantes de este país y es que desgraciadamente la niñez sigue siendo la parte más vulnerable de nuestra sociedad  a la par de la mujer y los ancianos.
No quiero llenar este texto con cifras oficiales sobre los indices de deserción de niños a la escuela tanto primaria como secundaria, de niños huérfanos y como ha aumentado los últimos años por efecto del clima de delincuencia que vivimos en México desde hace poco más de 6 años en particular, de niños maltratados vía violencia intrafamiliar, de niños violados, etc., etc.
Si la niñez actual representa -repito- el mal llamado "futuro de México" entonces somos unos cínicos prácticamente casi todos.
Más hechos, menos palabras y menos celebraciones maravillosas "oficiales" cada año en escuelas y actos públicos, en hospitales, en empresas y en casas.
El futuro se construye en el presente y es el presente de los niños actuales el que requerimos mejorar para entonces si aspirar a que gocen de mucho mejores condiciones de vida que nosotros, sus generaciones previas.
Y tal vez pensándolo bien y fríamente, en efecto la niñez actual sí es el "futuro de México" si no hacemos nada por mejorar su situación actual en el seno familiar donde pertenecen de raíz. A mejorar su educación, salud y cultura y de sus padres y familiares.
Foto de CNN
Este es uno de los Méxicos que no quiero, el de niños desprotegidos y con carencias elementales.

MAGBerumen




lunes, 1 de octubre de 2012

Preguntando...

Tengo una pregunta que si te aplica entonces la respuesta te ayudará a deshacerte de el, ¿Qué harías hoy si no tuvieras miedo? (y simplemente: ¡Hazlo!).

Evita que el miedo se apodere de tus grandes decisiones y las convierta en débiles.

Enfrenta tus miedos imaginarios simplemente tomando decisiones importantes en base a generar opciones diversas que permitan tener un abanico más grande de posibilidades positivas y no estancarte en una o dos opciones simplemente.

¡Adelante! ¡Hazlo!

Saludos cordiales,

Manuel García Berumen.
Coach PNL
www.coachingpnl-magberumen.com




domingo, 23 de septiembre de 2012

La Esperanza.

¿De qué tamaño es la esperanza?
Si se pudiera medir el tamaño de la esperanza diría que es ilimitada cuando has agotado otras opciones y de verdad es la única opción posible que visualizas durante un proceso difícil de recuperación emocional positiva. 
¿Qué sostiene a la esperanza?
Posiblemente la Fé es el vector más fuerte que sostiene a la esperanza. 
La Fé en algo más grande que nuestra propia existencia.
La Fé en uno mismo, en las capacidades propias.  
La Fé en mantener una auto estima alta a pesar de que parece estar todo en nuestra contra.

 Y ¿la esperanza será suficiente para salir del atolladero?
No, no es suficiente.
Se requiere que te mantengas en movimiento sin desfallecer.
Con un anhelo muy grande por vivir para cumplir una meta personal importante.
Visualízate cumpliendo esa meta tan importante, ponle color, ponle sonido, ponle sensaciones.
Ármate de Esperanza y con ella de Fé.

Saludos cordiales,
Coach Manuel G Berumen
manuel.garciab@gmail.com
www.coachingpnl-magberumen.com




domingo, 15 de julio de 2012

Algunas Reflexiones de MAGBerumen Julio 2012





En ocasiones huimos sin darnos cuenta que seguimos atrapados en nuestro interior y así podemos seguir toda la vida.



El cambio es inminente solo elige que sea de lo adecuado: de tu propia actitud.



Permítete recuperarte a ti mismo(a) para comenzar un ciclo nuevo y mejorar en todos los aspectos.



Sal de tu ciclo de decepción y crece con los nuevos aprendizajes.



La congruencia comienza con uno mismo no solicitándola a los demás.
El tiempo es ahora.



Abre desde tu interior la puerta de tu propia Felicidad, ya evita querer abrirla desde afuera, es y ha sido tiempo mal invertido intentar hacerlo así. Sé Feliz! :)



No es como te vean es como te sientes tú, eso es lo más importante, siéntete positivo, sé positivo, sé fuerte.



Hay ocasiones que dice uno: "-qué difícil es tratar con "Fulano", es muy necio o déspota o intolerante"ya me tiene harto", bueno pues la solución está en ti no en esa persona aunque según tú has intentado "casi todo". La decisión más importante para resolver la situación aún no la has tomado. Buen día! a tomar decisiones sabias!



La unión hace la fuerza pero no basta con entenderlo sino llevarlo a la práctica.



NUNCA TE RINDAS


Los errores: acéptalos, superalos y evita repetirlos.



¿Cómo que vas a ningún lugar en particular? justamente llegarás a ninguna parte... en ese caso si te deseo suerte!



"Cierra tus ojos y sueña... Despierta y hazlo realidad".



Como se puede perder algo que nunca se ha poseído, comprado o adquirido? si no existe no se pierde incluso la Fe.

NOTA Importante: Las reflexiones que aquí aparecen son de mi autoría referidas a temas que surgen en mi paso por mi página de Facebook de donde provienen. Las fotos no son de mi autoría y son tomadas de varios enlaces de internet con el único fin de ilustrar la frase de reflexión correspondiente.

Saludos cordiales.

Estamos para servirte en solucionar tus necesidades de Capacitación, Coaching y Consultoría.
www.coachingpnl-magberumen.com ¡Contáctanos!

Manuel AG Berumen
MAGBerumen.

sábado, 4 de junio de 2011

Artículo de Gabo con un cierre maravilloso.



Seamos machos: hablemos del miedo al avión
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
EL PAÍS  -  Opinión - 26-10-1980

El único miedo que los latinos confesamos sin vergüenza, y hasta con un cierto orgullo machista, es el miedo al avión. Tal vez porque es un miedo distinto, que no existe desde nuestros orígenes, como el miedo a la oscuridad o el miedo mismo de que se nos note el miedo. Al contrario: el miedo al avión es el más reciente de todos, pues sólo existe desde que se inventó la ciencia de volar, hace apenas 77 años. Yo lo padezco como nadie, a mucha honra, y además con una gratitud inmensa, porque gracias a él he podido darle la vuelta al mundo en 82 horas, a bordo de toda clase de aviones, y por lo menos diez veces.No; al contrario de otros miedos que son atávicos o congénitos, el del avión se aprende. Yo recuerdo con nostalgia los vuelos líricos del bachillerato, en aquellos aviones de dos motores que viajaban por entre los pájaros, espantando vacas, asustando con el viento de sus hélices a las florecitas amarillas de los potreros, y que a veces se perdían para siempre entre las nubes, se hacían tortillas, y había que salir a media noche a buscar sus cenizas del modo más natural: a lomo de mula.
Una vez, siendo reportero de un diario de Bogotá, en una época irreal en que todo el mundo tenía veinte años, me mandaron con el fotógrafo Guillermo Sánchez a perseguir una mala noticia en uno de aquellos Catalinas anfibios que habían sobrado de la guerra. Volábamos sobre la plena selva de Urabá sentados en bultos de escobas, porque asientos no había en aquel sepulcro volante, ni una azafata de consolación a quien pedirle el número de su teléfono en el paraíso, y de pronto el avión se metió a tientas por donde no era y se extravió en un aguacero bíblico. No sólo llovía afuera, sino también adentro. Agarrándose a duras penas, el copiloto nos llevó un periódico para que nos tapáramos la cabeza, y vimos, con asombro, que apenas si podía hablar y le temblaban las manos.
Ese día aprendí algo muy alentador: también los pilotos tienen miedo, sólo que a ellos, como a los toreros, no se les nota tanto en el temblor de las manos como en las supersticiones. Un amigo español -tan temeroso del avión que nunca viajaba sentado- lo descubrió una mala noche de invierno en que lo invitaron a presenciar el decolaje en la cabina de mando. Era en Nueva York, durante una tormenta de nieve, y la tripulación permaneció muy serena en la cabeza de la pista, hasta que le dieron la orden de decolar. Entonces, como si fuera un requisito técnico insalvable, todos se persignaron al unísono. Mi amigo, comprendiendo que en el fondo de su alma también los pilotos tenían miedo, le perdió para siempre el miedo al avión.
Yo tuve una prueba todavía más sutil volando por entre las estrellas sobre el océano Atlántico. Hablando de todo, le pregunté al comandante por otro piloto amigo que había sido mi compañero de escuela. Yo ignoraba, por supuesto, que se había estrellado en el aeropuerto de Tenerife cuando trataba de aterrizar en medio de la borrasca. El comandante me lo dijo de otro modo, pero más revelador:
-Se retiró de la compañía hace tres años, en las islas Canarias.
Sin embargo, el buen miedo al avión no tiene nada que ver con las catástrofes aéreas. Picasso lo dijo muy bien: «No le tengo miedo a la muerte, sino al avión». Más aún: hubo muchos temerosos que perdieron el miedo al avión después de sobrevivir a un desastre. Yo lo contraje como una infección incurable volando a media noche de Miami a Nueva York, en uno de los primeros aviones a reacción. El tiempo era perfecto y el avión parecía inmóvil en el cielo, llevando a su lado esa estrella solitaria que acompaña siempre a los aviones buenos, y yo la contemplaba por la ventanilla con la misma ternura con que Saint-Exupery veía las fogatas del desierto desde su avión de aluminio. De pronto, en la lucidez de la vigilia, tuve conciencia de la imposibilidad física de que un avión se sostuviera en el aire, y me juré que nunca volvería a volar.
Lo cumplí durante diez años, hasta que la vida me enseñó que el verdadero temeroso del avión no es el que se niega a volar, sino el que aprende a volar con miedo. Es una especie de fascinación. De todos los temerosos insignes que conozco, el único que de verdad no vuela es el arquitecto brasileño Oscar Niemayer. En cambio, su compatriota George Amado, que es un timorato aéreo de los más grandes, ha tenido la audacia poética de volar en Concord desde París hasta Nueva York, para allí tomar un barco que lo llevara a Río de Janeiro. El escritor venezolano Miguel Otero Silva y el director de cine brasileño Ruy Guerra, por distintos caminos, han llegado a la conclusión de que la única manera de combatir el miedo al avión es volando con miedo, y lo combaten casi todos los meses. Carlos Fuentes, que no voló durante quince años y hacía unos viajes épicos de ocho días, cambiando de trenes, desde México hasta Nueva York, no sólo ha vuelto a volar, sino que la semana pasada fue a dictar una conferencia en la Universidad de Indiana, en una avioneta de un solo motor. Sin embargo, entre los grandes especialistas del miedo al avión no hay ninguno mejor que don Luis Buñuel, que a los ochenta años sigue volando impávido, pero muerto de miedo. Para él, el verdadero terror empieza cuando todo anda perfecto en el vuelo y, de pronto, aparece el comandante en mangas de camisa y recorre el avión a pasos lentos, saludando a cada uno de los pasajeros con una sonrisa radiante.
Mi madre no ha volado más de dos veces en su larga vida. Nunca ha sentido miedo, pero conoce muy bien el de sus hijos -que son doce-, de modo que mantiene siempre una vela encendida en el altar doméstico para proteger a cualquiera de nosotros que se encuentre en el aire. Su fe es tan cierta, que a uno de sus hijos -que es ingeniero de caminos- se le cayó hace poco un buldozer en una cuneta. Mi madre oyó decir que el rescate podía costar más de 100.000 pesos, y le dijo a mi hermano que no gastara ni un céntimo, pues ella iba a encender una vela para sacar el buldozer. Mi hermano la reprendió: «Sólo a ti se te ocurre que una vela puede sacar un buldozer de una cuneta». Mi madre, impasible, le replicó:
-¡Cómo no va a sacarlo, si sostiene un avión en el aire!
Artículo tomado del siguiente enlace: http://www.sololiteratura.com/ggm/marquezseamosmachos.htm