Regularmente el costo del curso, taller, diplomado o evento de capacitación que me interesa no es obstáculo cuando mi necesidad es genuina y real a mi percepción, si opto por pensar “que no asistiré porque no tengo dinero o es muy caro, entonces mi necesidad no es fuerte y aparecerá como respuesta principal a mi inasistencia”. Si ese es el caso, entonces no estoy preparado para capacitarme, mejor lo programo para otra ocasión que no anteponga lo material a mi propio desarrollo.
Definitivamente es importante el temario o contenido del evento que voy a tomar, quien lo imparte y su experiencia en el campo, el lugar donde se va a llevar a cabo, que ofrecen como plus aparte del curso en sí, sin embargo lo que se mantiene es mi necesidad imperiosa de capacitarme lo mejor posible y en la medida del planteamiento de la oferta decidiré si es la mejor opción para mí satisfacción (lo más caro no es sinónimo de excelencia).
Nunca invierto en capacitación formal porque tengo dinero o tiempo disponible para hacerlo, siempre mi asistencia a un evento de capacitación debe contribuir a satisfacer una necesidad sentida de formación personal y profesional y entre más la programe es mejor para mí.
En ocasiones podría parecerme y así lo podría manifestar que asisto porque “me mandaron”, “porque no tenía otra cosa que hacer”, “porque quise aprovechar mi tiempo”, etc., sin embargo a final de cuentas es una extraordinaria oportunidad de actualizarme, de adquirir nuevos conocimientos y habilidades o de formarme en competencias diferentes y que si así lo canalizo podré ganar demasiado en mi propio desarrollo como persona y como profesional.
Hay una frase que me encanta y dice “Cuando el alumno está listo, el maestro aparece” y sin tomar la frase literalmente en cuanto a su redacción vayamos más allá de su simple significado de lectura rápida. Necesito estar listo (con todos mis sentidos despiertos) para que cuando surja una oportunidad de aprendizaje formal (conferencia, curso, diplomado, plática, e-learning) o informal(plática casual, una película, una lectura en un libro, revista, o por pantalla virtual, etc.) pueda aprovecharla plenamente e incluso disfrutarla. En cambio, si empiezo a justificarme, a encontrarle trabas al evento y todo lo que está a su alrededor entonces estoy desperdiciando mi tiempo, mi energía y mi dinero(si aplica) y aunque dicho evento tiene todos los elementos necesarios para su éxito pasarán desapercibidos para mí porque “yo simplemente no estaba listo para el maestro”.
Evita dejar el tiempo y el dinero que te quede libre para capacitarte y formarte, dedícale tiempo y recursos a planear tu propia ventaja competitiva a través de un evento formativo formal y aprovecha tanta oportunidad informal de aprender también por otros medios como mencionaba arriba.
La decisión es tuya, ¿estás listo? Si la respuesta es Sí surgirá como por arte de magia “el Maestro” que son las oportunidades de formación personal y profesional ya sea formales o informales bellamente disfrazadas de triviales y comunes por lo que las ignorarás.
Sí la respuesta es No, evita preocuparte demasiado porque alguien más ya lo esta haciendo por ti y es quien tiene las mejores oportunidades de desarrollo muy cerca de ti y está obteniendo una ventaja competitiva que tu después quizás envidiarás y la tuviste y tienes frente a tus narices…
Y a propósito hay que recordar que el aprendizaje sucede dentro de la persona que lo adquiere y se manifiesta cuando se logra con un cambio de actitud frente a las situaciones en las que antes no enfrentaba o ante las que se mantenía pasivo o apático. Si la persona no aprende su actitud se mantendrá prácticamente igual solo que ahora será cínico.
Saludos cordiales,
Manuel Alfonso García Berumen, tu Coach Personal si estás listo para mejorar.
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