Cuando Alejandro Magno fue a la India, se encontró con un monje desnudo en el desierto.
-¡Soy Alejandro Magno! -declaró.
El místico respondió:
-No es posible.
Alejandro replicó:
-¡Qué absurdo! Te lo estoy diciendo yo en persona y, como puedes ver, mis ejércitos están por todas partes.
El místico dijo:
-Puedo ver tu ejército, pero aquel que se llama a sí mismo «Magno» todavía no ha alcanzado su grandeza, porque la grandeza vuelve humildes a las personas. Y ello es debido a que la grandeza es un fracaso, un fracaso absoluto.
Alejandro Magno era discípulo de Aristóteles, que le había educado en la estricta lógica. No le interesa la verborrea mística.
-No creo en todas esas cosas -dijo-. He conquistado el mundo entero.
El místico le preguntó:
-Si tuvieses sed y en este desierto no hubiese agua en kilómetros a la redonda, y yo te ofreciese un vaso de agua, ¿qué estarías dispuesto a darme a cambio?
-La mitad de mi reino -contestó Alejandro.
El místico dijo:
-Y si no te lo vendiera por la mitad de tu reino. Si te dijera: o me das todo tu reino o te quedas sin el vaso de agua. ¿Qué harías? Tienes sed, te estás muriendo y no hay posibilidades de encontrar agua en ningún sitio.
-Entonces, naturalmente -dijo Alejandro-, te daría todo mi reino.
El místico se rió y dijo:
-De modo que ese es el precio de todo tu reino, ¡un vaso de agua! ¿Y crees haber conquistado el mundo? A partir de hoy, deberías empezar a decir que has conquistado un vaso lleno de agua.
--> y vuestro reino ¿cuánto vale?
Saludos cordiales,
Coach Manuel García Berumen.
Conexión Humana+
http://www.coachingpnl-magberumen.com
Gracias a mi colaboradora de cabecera Vero CB
Alejandro lo hubiese matado y le quitaría el vaso de agua
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