La llamada zona de confort es una zona invisible inconmensurable por medios convencionales (con instrumentos de medición) y sin embargo ahí esta manteniéndonos en ciertas condiciones "de comodidad" "de conformismo" y eso nos impide avanzar hacia retos mayores.
¿Qué nos impide salir de nuestra actual zona de confort? y si intentamos salir ¿Qué nos hace regresar?
Pues son varias situaciones, el miedo al fracaso, el miedo a perder "algo"que apreciamos mucho y que nos mantiene relativamente "conformes", estos miedos pueden tener toques de realidad, pueden ser infundados o contagiados y hasta desconocidos (irreales o imaginarios).
En el trayecto de nuestro intento por hacer algo nuevo y diferente nos preocupa "dejar lo mucho o poco que tengamos ganado" y nos llenamos de ansiedad si esta preocupación persiste y finalmente se apodera de nosotros algunos de los miedos mencionados y me hace regresar a "lo conocido".
El camino para salir de mi actual zona de confort que ya no me satisface puede ser soportado por el Coaching a través del cual me puedo dar cuenta de las razones por las cuales no me estoy atreviendo a dar los grandes pasos hacia una nueva zona de oportunidad de mejora.
Otra de las "fuerzas invisibles" que me jalan a quedarme en mi actual zona de confort es mi baja auto estima, así es, falta confianza y seguridad en mii mismo por una o varias causas que pueden estar conscientes en mí o pueden estar en mi inconsciente y con menos fortaleza las puedo combatir y nuevamente puedo necesitar apoyo profesional de un Coach que mediante el proceso de Coaching facilitará el darme cuenta y salir avante.
Cada día salgo de la Zona de Confort que me asfixia y limita mi crecimiento personal porque mi Objetivo es MEJORAR/ CAMBIAR PositivaMente y llegar a una Zona de Oportunidad con mejores Opciones.
ATRÉVETE a SALIR de TU ZONA DE CONFORMISMO, Tu MERECES lo MEJOR en todos los aspectos.
Saludos cordiales,
Coach PNL Manuel García Berumen
www.coachingpnl-magberumen.com
manuel.bermag@gmail.com
jueves, 23 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
Caminata sobre brasas calientes
Rescate este artículo de la red en la siguiente dirección http://www.tecnologiahechapalabra.com/salud/eventos/articulo.asp?i=4206 y quise compartirselos porque estoy seguro que vale la pena que la gente conozca acerca de esta experiencia ancestral y se percaten que la termodinámica juega un papel importante.
En mi Certificación de Master Practitioner en Programación Neuro Lingüística PNL hicimos esta práctica y en aquel entonces no dimensionaba la causa verdadera de porque uno no se quemaba las plantas de los pies y pues se manejaba como una metáfora de vida de "lo que puedes ser capaz si te lo propones"...
John Grinder no esta de acuerdo con esta práctica y lo mencionó después cuando el intervino durante el seminario de certificación ya que la práctica fué realizada con Edmundo Velasco semanas antes que John entrará en acción. ¿por qué no está de acuerdo? porque no lo ve necesario para probarse a sí mismo la capacidad propia. Y pues quedo para la anécdota nuestra pasada por las brasas ardientes...
Respete al 100% el contenido del artículo y así se los comparto. Saludos cordiales.
02/11/2009
Caminar sobre las brasas: No lo llames milagro, llámalo termodinámica
Hace unos años, un programa de la BBC llamado Tomorrow's World se planteó comprobar los supuestos poderes paranormales de gente que alegaba ser capaz de no quemarse nunca al caminar sobre las brasas (sus explicaciones eran de lo más variopintas, desde ángeles protectores a superpoderes mentales...) Para ello, construyeron un sendero de brasas ardientes a 600ºC y de 18 metros de longitud. ¿El resultado? Todos los que caminaron sobre ellas se salían del camino a los 8 metros porque se quemaban. Y es que desconocer lo más básico de la termodinámica no sólo puede hacer que te creas un superhombre, también te puede dejar en ridículo ante millones de personas y provocarte unas hermosas quemaduras en los pies.
En mi Certificación de Master Practitioner en Programación Neuro Lingüística PNL hicimos esta práctica y en aquel entonces no dimensionaba la causa verdadera de porque uno no se quemaba las plantas de los pies y pues se manejaba como una metáfora de vida de "lo que puedes ser capaz si te lo propones"...
John Grinder no esta de acuerdo con esta práctica y lo mencionó después cuando el intervino durante el seminario de certificación ya que la práctica fué realizada con Edmundo Velasco semanas antes que John entrará en acción. ¿por qué no está de acuerdo? porque no lo ve necesario para probarse a sí mismo la capacidad propia. Y pues quedo para la anécdota nuestra pasada por las brasas ardientes...
Respete al 100% el contenido del artículo y así se los comparto. Saludos cordiales.
02/11/2009
Caminar sobre las brasas: No lo llames milagro, llámalo termodinámica
Muchas personas en todo el mundo están convencidas del gran poder mental que poseen aquellos que caminan sobre las brasas sin quemar sus pies. La realidad, sin embargo, es bastante distinta. Todos podemos andar sobre ellas siempre que no superemos un límite de tiempo.
El acto de caminar sobre las brasas viene de antiguo. Desde hace miles de años, se venía realizando como un ritual o acto religioso practicado por diversas culturas, desde la hindú hasta la bosquimana. Con los años, su significado ha ido cambiando en la mayor parte del globo y, en la actualidad, se recurre a tan extraña caminata como simple espectáculo, como demostración de un fenómeno paranormal o en extraños y acientíficos cursos de superación personal mediante Programación Neurolingüística.
El mito básico que rodea al acto de caminar sobre las brasas es esencialmente el mismo: El poder de la mente o del cuerpo humano impiden que se produzcan daños en los pies al pasar sobre el ardiente camino. Por tanto, de no tener el suficiente poder, los pies sufrirían las dolorosas consecuencias en forma de quemaduras.
La realidad, sin embargo, es menos romántica que la idea de los supuestos poderes de la mente humana. Las más básicas leyes de la física nos indican que lo que ocurre cuando alguien camina sobre las brasas no es un acontecimiento paranormal sino una simple y rutinaria lección de termodinámica. En esencia, todos hemos experimentado algo parecido alguna vez. Todos sabemos, por experiencia propia, que no es lo mismo tocar un metal caliente que un trozo de madera caliente. Nos quemamos mucho antes al tocar el metal que el trozo de madera. Esta propiedad de los materiales se denomina conductividad térmica o, lo que es lo mismo, la capacidad para transmitir el calor a otros materiales (como pueden ser los pies) puestos en contacto.
Además de la conductividad térmica, hay que tener en cuenta también la capacidad calorífica que es la cantidad de calor que necesita un determinado material para elevar su temperatura. De esta forma, hay materiales que necesitan más calor para aumentar su temperatura y otros que necesitan menos para la misma masa.
Cuando alguien camina sobre las brasas se dan varias circunstancias ideales que evitan que aparezcan quemaduras, siempre que el tiempo de contacto no sea lo suficientemente largo, por supuesto. Por un lado, las brasas de carbón poseen una conductividad térmica baja. Dicho de otra forma, las brasas de carbón tienen una capacidad pobre para transmitir el calor a otros objetos que entren en contacto con ellos y, por tanto, tardarán más en elevar la temperatura de éstos.
Por otro lado, más del 60% cuerpo humano (y eso incluye los pies) se compone de agua. El agua tiene una capacidad calorífica específica relativamente elevada o, lo que es lo mismo, necesita bastante calor para aumentar su temperatura. A eso también hay que añadir que el carbón vegetal es justo lo contrario, necesita poco calor para aumentar su temperatura.
De esta manera, cuando pies y brasas se ponen en contacto, lo que ocurre es que las brasas transmiten "torpemente" el calor (aunque éstas ronden los 500 ºC), mientras que los pies (al ser en su mayor parte agua) necesitan bastante calor para aumentar su temperatura. La unión de estos dos factores principales lleva a una lógica conclusión: Puedes estar en contacto con las brasas durante un breve lapso de tiempo (unos cuantos segundos) hasta que los pies llegan a la suficiente temperatura como para provocar quemaduras.
Definir el tiempo exacto a partir del cual se producen quemaduras por el contacto con las cenizas ardientes es difícil de determinar, pues depende de otros muchos factores: Temperatura de las brasas, presencia de callos en los pies , sudoración, superficie de contacto... Pero, por lo general, prácticamente cualquier persona puede recorrer una distancia de 4 a 5 metros a la velocidad de una caminata normal. Eso sí, hay que procurar no correr o ejercer demasiada presión sobre las brasas, lo que puede hacer que los pies se hundan entre ellas, aumentando así la superficie de contacto y provocando que las quemaduras no tarden en aparecer en los pies. Los Cazadores de Mitos no tuvieron reparos en experimentar por ellos mismos este fenómeno termodinámico:
Hace unos años, un programa de la BBC llamado Tomorrow's World se planteó comprobar los supuestos poderes paranormales de gente que alegaba ser capaz de no quemarse nunca al caminar sobre las brasas (sus explicaciones eran de lo más variopintas, desde ángeles protectores a superpoderes mentales...) Para ello, construyeron un sendero de brasas ardientes a 600ºC y de 18 metros de longitud. ¿El resultado? Todos los que caminaron sobre ellas se salían del camino a los 8 metros porque se quemaban. Y es que desconocer lo más básico de la termodinámica no sólo puede hacer que te creas un superhombre, también te puede dejar en ridículo ante millones de personas y provocarte unas hermosas quemaduras en los pies.
miércoles, 8 de junio de 2011
The Ten Tenors - Bohemian Rhapsody
EXCELENTE VERSION de RAPSODIA BOHEMIA!!!
Me fascinó!!!!
Escúchenla y Disfrútenla!!! Vale la pena hacerlo!!!
lunes, 6 de junio de 2011
¿Te ha pasado algo así o te pasa actualmente?
¿Te ha pasado algo así o te pasa actualmente?
¿Tú como tu propio General Supremo el REY que tanto estás abierto a darte el tiempo para evaluar nuevas y mejores opciones que te lleven a ganar tus batallas internas? Evita caer en la inercia de la rutina y date la oportunidad de descubrir OPCIONES DE MEJORA, OPCIONES, OPCIONES.
Coach con Programación Neuro Linguistica PNL Manuel García Berumen.
www.coachingpnlmagberumen.com
manuel.bermag@gmail.com
sábado, 4 de junio de 2011
Artículo de Gabo con un cierre maravilloso.
Seamos machos: hablemos del miedo al avión
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
EL PAÍS - Opinión - 26-10-1980
El único miedo que los latinos confesamos sin vergüenza, y hasta con un cierto orgullo machista, es el miedo al avión. Tal vez porque es un miedo distinto, que no existe desde nuestros orígenes, como el miedo a la oscuridad o el miedo mismo de que se nos note el miedo. Al contrario: el miedo al avión es el más reciente de todos, pues sólo existe desde que se inventó la ciencia de volar, hace apenas 77 años. Yo lo padezco como nadie, a mucha honra, y además con una gratitud inmensa, porque gracias a él he podido darle la vuelta al mundo en 82 horas, a bordo de toda clase de aviones, y por lo menos diez veces.No; al contrario de otros miedos que son atávicos o congénitos, el del avión se aprende. Yo recuerdo con nostalgia los vuelos líricos del bachillerato, en aquellos aviones de dos motores que viajaban por entre los pájaros, espantando vacas, asustando con el viento de sus hélices a las florecitas amarillas de los potreros, y que a veces se perdían para siempre entre las nubes, se hacían tortillas, y había que salir a media noche a buscar sus cenizas del modo más natural: a lomo de mula.
Una vez, siendo reportero de un diario de Bogotá, en una época irreal en que todo el mundo tenía veinte años, me mandaron con el fotógrafo Guillermo Sánchez a perseguir una mala noticia en uno de aquellos Catalinas anfibios que habían sobrado de la guerra. Volábamos sobre la plena selva de Urabá sentados en bultos de escobas, porque asientos no había en aquel sepulcro volante, ni una azafata de consolación a quien pedirle el número de su teléfono en el paraíso, y de pronto el avión se metió a tientas por donde no era y se extravió en un aguacero bíblico. No sólo llovía afuera, sino también adentro. Agarrándose a duras penas, el copiloto nos llevó un periódico para que nos tapáramos la cabeza, y vimos, con asombro, que apenas si podía hablar y le temblaban las manos.
Ese día aprendí algo muy alentador: también los pilotos tienen miedo, sólo que a ellos, como a los toreros, no se les nota tanto en el temblor de las manos como en las supersticiones. Un amigo español -tan temeroso del avión que nunca viajaba sentado- lo descubrió una mala noche de invierno en que lo invitaron a presenciar el decolaje en la cabina de mando. Era en Nueva York, durante una tormenta de nieve, y la tripulación permaneció muy serena en la cabeza de la pista, hasta que le dieron la orden de decolar. Entonces, como si fuera un requisito técnico insalvable, todos se persignaron al unísono. Mi amigo, comprendiendo que en el fondo de su alma también los pilotos tenían miedo, le perdió para siempre el miedo al avión.
Yo tuve una prueba todavía más sutil volando por entre las estrellas sobre el océano Atlántico. Hablando de todo, le pregunté al comandante por otro piloto amigo que había sido mi compañero de escuela. Yo ignoraba, por supuesto, que se había estrellado en el aeropuerto de Tenerife cuando trataba de aterrizar en medio de la borrasca. El comandante me lo dijo de otro modo, pero más revelador:
-Se retiró de la compañía hace tres años, en las islas Canarias.
Sin embargo, el buen miedo al avión no tiene nada que ver con las catástrofes aéreas. Picasso lo dijo muy bien: «No le tengo miedo a la muerte, sino al avión». Más aún: hubo muchos temerosos que perdieron el miedo al avión después de sobrevivir a un desastre. Yo lo contraje como una infección incurable volando a media noche de Miami a Nueva York, en uno de los primeros aviones a reacción. El tiempo era perfecto y el avión parecía inmóvil en el cielo, llevando a su lado esa estrella solitaria que acompaña siempre a los aviones buenos, y yo la contemplaba por la ventanilla con la misma ternura con que Saint-Exupery veía las fogatas del desierto desde su avión de aluminio. De pronto, en la lucidez de la vigilia, tuve conciencia de la imposibilidad física de que un avión se sostuviera en el aire, y me juré que nunca volvería a volar.
Lo cumplí durante diez años, hasta que la vida me enseñó que el verdadero temeroso del avión no es el que se niega a volar, sino el que aprende a volar con miedo. Es una especie de fascinación. De todos los temerosos insignes que conozco, el único que de verdad no vuela es el arquitecto brasileño Oscar Niemayer. En cambio, su compatriota George Amado, que es un timorato aéreo de los más grandes, ha tenido la audacia poética de volar en Concord desde París hasta Nueva York, para allí tomar un barco que lo llevara a Río de Janeiro. El escritor venezolano Miguel Otero Silva y el director de cine brasileño Ruy Guerra, por distintos caminos, han llegado a la conclusión de que la única manera de combatir el miedo al avión es volando con miedo, y lo combaten casi todos los meses. Carlos Fuentes, que no voló durante quince años y hacía unos viajes épicos de ocho días, cambiando de trenes, desde México hasta Nueva York, no sólo ha vuelto a volar, sino que la semana pasada fue a dictar una conferencia en la Universidad de Indiana, en una avioneta de un solo motor. Sin embargo, entre los grandes especialistas del miedo al avión no hay ninguno mejor que don Luis Buñuel, que a los ochenta años sigue volando impávido, pero muerto de miedo. Para él, el verdadero terror empieza cuando todo anda perfecto en el vuelo y, de pronto, aparece el comandante en mangas de camisa y recorre el avión a pasos lentos, saludando a cada uno de los pasajeros con una sonrisa radiante.
Mi madre no ha volado más de dos veces en su larga vida. Nunca ha sentido miedo, pero conoce muy bien el de sus hijos -que son doce-, de modo que mantiene siempre una vela encendida en el altar doméstico para proteger a cualquiera de nosotros que se encuentre en el aire. Su fe es tan cierta, que a uno de sus hijos -que es ingeniero de caminos- se le cayó hace poco un buldozer en una cuneta. Mi madre oyó decir que el rescate podía costar más de 100.000 pesos, y le dijo a mi hermano que no gastara ni un céntimo, pues ella iba a encender una vela para sacar el buldozer. Mi hermano la reprendió: «Sólo a ti se te ocurre que una vela puede sacar un buldozer de una cuneta». Mi madre, impasible, le replicó:
-¡Cómo no va a sacarlo, si sostiene un avión en el aire!
Artículo tomado del siguiente enlace: http://www.sololiteratura.com/ggm/marquezseamosmachos.htm
miércoles, 1 de junio de 2011
Asiste a Taller de Rediseño Personal en Junio 18 y 25 2011
Inicia: Sábado, 18 de Junio a las 9:00 y Concluye: 25 de junio a las 13:00 | |
Lugar | Centro de Desarrollo Personal con Coaching PNL Madero #17 Zona Centro C.P. 36100 Silao (Silao, Mexico) Estado de Guanajuato |
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Creado por | Coach PNL MAGBerumen |
Más información | ¿Sientes que no estás logrando tu propósito? ¿no identificas que te esta bloqueando? Y ¿no hallas cómo salir de manera efectiva? ¡Date la oportunidad de Rediseñar tu Vida! Asiste a este Taller de Rediseño Personal donde aprenderás a: a) Identificar los bloqueos típicos que limitan el Desarrollo Personal (tú identificarás los propios) y como evitarlos b) Valorar el Poder de una Decisión b) Un método para crear y estar seguro(a) de tus objetivos c) A planear efectivamente tus objetivos Requisitos Personales muy importantes para asistir: 1) Que Quieras y te atrevas a SER. 2) Re Aprender y ¡Divertirte! 3) Mayor de 18 años Facilitador: Coach Certificado con Programación Neuro Lingüística PNL por John Grinder co creador de la PNL Manuel García Berumen Página web: www.coachingpnl-magberumen Duración: 8 Horas Sábados 18 y 25 de junio de 2011 Horario: de 9 A.M. a 13 hrs. P.M. (4 horas por cada sábado) Inversión: $ 990.00 + IVA Descuento del 10% Hasta Junio 16 ¿Quieres Asistir? ¿Qué tal si preguntas por una beca? CUPO LIMITADO Para enviarle el número de cuenta bancaria correspondiente y realice su reservación.Cuota de Inversión: $990.00 + IVA Pide #Cuenta Bancaria al teléfono 472 7298518 O por Correo manuel.bermag@gmail.com La decisión de mejorar es tuya, si tú necesitas mejorar es muy complicado que llegue alguien y te resuelva tu situación. Da el primer paso. El postergar o retrasar la mejora personal es una decisión también, ¿Estás seguro que eso quieres? |
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